Con 19 años de edad, la joven María Ángela Ramírez Argüelles se dedica a la venta de pescados y mariscos para pagarse la carrera en una universidad de Altamira.
Ha sido una alumna destacada y ha recibido reconocimientos por sus excelentes calificaciones desde que estaba en la primaria.
Cursa el tercer cuatrimestre de la carrera de Ingeniería Industrial en la Universidad Politécnica de Altamira y de las ventas, ahorra para cubrir los gastos de inscripción, así como de útiles escolares.
Hizo un llamado a la población para que acuda a la Puntillita de Altamira, ya que las ventas han disminuido drásticamente y varios comerciantes también deben comprar los útiles escolares para sus hijos.
«Muchos de los comerciantes, incluso su servidora solventamos los gastos para lo que son las inscripciones, útiles escolares y debido a la baja venta, los comerciantes han visto dura la situación».
Precisó que han hecho promociones para que la gente las aproveche, el filete lo venden a 100 pesos el kilo, el kilo de camarón en 130, mollejas en 100 pesos, el calamar en 180 pesos y que son productos que regularmente tienen un precio más elevado.
«Soy comerciante de la Puntillita de Altamira y hago la invitación para que vengan a consumir productos de nuestros locales, ya que hemos tenido una baja venta por el regreso a clases», apuntó María Angela Ramírez Argüelles.
Agregó que al comprar a los comerciantes de la Puntillita, también se apoya a los pescadores de la localidad, quienes también tienen hijos en la escuela.
«Se hace la cordial invitación para que vengan a consumir y nos apoyen, tanto a la economía de los comerciantes como de los pescadores», concluyó la joven universitaria.
Óscar Figueroa/La Razón