En Altamira se ha detectado la venta clandestina hasta de avestruces, además de que algunas personas tienen como mascotas aves exóticas y felinos.
El director de Ecología y Medio Ambiente, Rubén Herver Zarate comentó que han recibido tres denuncias formales y cinco reportes, por lo que son canalizados a instancias federales que son las responsables de la investigación.
«El avestruz es forrajera, es de una talla bastante grande, atractiva y hace 20 años se generalizó la posesión de estás aves, con la intención comercializar sus plumas, su carne, sus huevos e incluso hasta las uñas».
Explicó que el proyecto del avestruz no prosperó en Altamira, pero quien las compró se quedaron con ellas, se reprodujeron y las venden de forma clandestina.
«El proyecto no prosperó, pero la gente que las adquirió en ese momento se le reprodujeron, se quedaron con ellas, hay condiciones favorables para que prospere la especie y se han estado vendiendo de forma clandestina, incluso pavorreales».
La posesión o venta de animales silvestres puede alcanzar una pena hasta de nueve años de cárcel, según sea el caso.
La fauna silvestre está formada por leyes federales, «es grave y tenemos reportes de la zona urbana y suburbana de aves, incluso exóticas».
Rubén Herver Zarate, explicó que cada semana visitan tres comunidades de Altamira para indicar a la gente que no tenga animales silvestres como mascotas.
Hace algunos años, un avestruz fue captada cuando deambulaba sobre la Avenida de la Industria, lo que causó asombro entre los automovilistas.
«Tenemos tres denuncias y cinco reportes, otras que hemos tomado de las redes sociales y que son bastantes. En las últimas semanas se ha dado sobre la venta de fauna silvestre, mapaches, cotorros, tejones, etcétera».
El funcionario reconoció que se ha popularizado tener guacamayas o avestruces como animales de compañía, lo que representa un delito.
Óscar Figueroa/La Razón