CD. VICTORIA, TAM.- Jorge, ya no se esconde, ya no es el muchacho tímido que solía ser, hoy orgullosamente grita a los cuatro vientos que “No quiero más operaciones, ya preferí quedarme así, porque así nací y así soy yo”.
Recoge sus piernas y se sienta sobre ellas, “Así es la forma en que estoy más cómodo”, y comienza a relatar su vida, la cual es un ejemplo de lucha y superación.
“Nací en Victoria, soy de la Nacozari, es un bonito barrio; nací con un problema físico o discapacidad, la Escoliosis congénita, se llama así porque es en la columna y de nacimiento, pero en su tiempo estuve derecho, al nacer me hicieron una operación, por que nací como un tipo feto”.
Dicha operación significó una solución durante varios años, pero en un momento terminó siendo un problema, pues “La barra que me pusieron siguió siendo la misma, pero la columna sí creció, al final detectamos que yo era alérgico a la anestesia, ya cuando tenía trece años, tuve una complicación, me llevaron a la Ciudad de México a un hospital y me internaron…” “…estaba todo listo y al final la anestesia me desorientó, me dicen que no me pueden operar por una infección que es una gripe mortal, gracias a Dios la libré, así que no me puedo operar, puedo quedar en la plancha”.
En ese momento el saber que la operación podía ser mortal, fue un duro golpe, pero poco a poco, comenzó a entender y aceptar su condición, tanto que “Ya no he buscado que me operen, porque te voy a ser bien franco, a mí la discapacidad me ha abierto muchas más puertas que si no la tuviera, así que ya preferí quedarme así, porque así soy yo…”.
“…Si uno no se acepta tal y como es, no avanza, yo no recibí atención psicológica, yo aprendí de la calle y principalmente de la familia, si no los hubiera tenido hubiera sido más difícil, hoy no me queda más que aceptar mi condición, siempre hay que verle el lado bueno a la vida, aunque todo esté de la chingada”.
Esa fortaleza de Jorge, la heredó de sus padres, Don José Andrés Alvarado, originario de Tula, y Doña María del Carmen Barrón, originaria de el Mante, pues antes del nacimiento de Jorge, el 8 de Julio de 1994, lamentablemente ya habían sufrido la muerte de tres de sus hijos. “Nosotros éramos cinco de familia, mi hermana Diana que es Doctora, Silvano, Julio, otro Silvano y luego yo, el segundo falleció a los seis meses por anemia, el tercero murió por un mal en los riñones a los 16 años y a Silvano lo atropellaron a los ocho años, nada más quedamos mi hermana la mayor y yo, el más chico”, confiesa con voz pausada.
De la infancia, recuerda que en la Primaria “Maria Isabel Mata Alvarado” la pasaba muy bien, pues todos sus compañeros lo cuidaban “Como mi amiga Flor Martínez, yo era muy tímido y todos me incluían, pero yo sentía la lastima, sí lo sentía, pero nadie me apartaba…”.
Posteriormente ingresó a la Secundaria 8, la de trabajadores y ahí en la adolescencia, ya empezó el bullying, “Yo no tenía maldad y no sabía responder, un chavo me decía ‘Igor’, en buen plan; eso me empezó a forjar”.
En esa etapa, conocería una nueva pasión, el Deporte, fue gracias a su compañero Edgar Reyes, quien lo invitó a “cotorrear” al Estadio, “A mí no me gustaba salir mucho, pero fuimos, y cuando estaba ahí llegó el Profe Ángel Tovar, me invitó a practicar Deporte paralímpico, yo me emocioné mucho, le conté a mis papás y ellos me apoyaron”.
Corría el 2009 y comenzaron los entrenamientos, durante las primeras semanas, Jorge comenzó a mostrar su condiciones y lo canalizaron al lanzamiento de Disco y Jabalina, donde “Yo entrenaba en un banco especial, me fui dando a conocer, fue muy emocionante…” Sus marcas eran buenas y lo llevaron a su primer Nacional, fue en Sonora, evento que le abriría los ojos de una forma muy positiva, pues “Vi otro panorama, ahí me di cuenta que yo no tengo nada a comparación de otras personas. Sí cuesta trabajo, no es fácil aceptar la condición, pero al hacerlo te das cuenta de que las personas con discapacidad sí podemos crecer”.
En Sonora ganó dos medallas de Plata y dos de Oro, pero sin duda que el menor premio vino al llegar a casa, “Mis papás lloraron al ver que yo lo pude hacer, que llegué con las medallas. En la segunda competencia que fue en Morelia gané tres primeros lugares y rompí marcas”.
En el 2011 representó a Tamaulipas en la Olimpiada Nacional de Guanajuato y logró colgarse un Oro y una Plata. En el 2012 acudió a la Olimpiada en la Ciudad de México donde también ganó un Oro y una Plata.
“Fui seleccionado para ir concentrarme en la CONADE con la Selección de México, pero allá ya no es lo mismo, hay una disciplina mucho más estricta, yo mentalmente no andaba bien y me bloquearon por eso, por no tener actitud”.
Una vez que dejó atrás su etapa de deportista, vinieron nuevos retos, esta vez en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde se inscribió como alumno de la carrera de Nutrición en la Facultad de Trabajo Social.
“Ahí cambió mi vida, conocí a Lennin Ontiveros, él estaba en la Liga Mayor de Americano, él me cobijó, me llevó con sus amigos, me incluyó en el equipo, siempre me defendía y me enseñaba cosas de la vida, él fue quien me puso el apodo de ‘El Chueco’”.
“Me hicieron la novatada y me vistieron de mujer, hasta nos maquillaron, fuimos a todo el campus de la UAT, bajamos al centro y ahí me dí a conocer, por que hasta salimos en internet”.
Tras su aparición con ropa de mujer, sus amigos le crearon una página de internet llamada, “El Chueco”, “Así nació el personaje, poco a poco la página fue creciendo, hasta me comenzaron a pedir fotografías en la calle, yo ni me la creía, de no ser nadie, ya hasta fotos me piden”.
Posteriormente comenzó a hacer fisicoculturismo y videos de risa, incluso uno llegó a un programa de Chavana tras hacerse viral.
“Medio entrené y me metí a un evento de fisico culturismo, yo sentía las miradas, me trepé e hice poses, me dieron un reconocimiento, luego lo volví a hacer en Monterrey y estuvo muy padre y me comencé a dar más a conocer”.
También ha trabajado en hacer trampas para mosquitos, en Gobierno; en el listado en campañas políticas y “Ahorita me aliviano bastante con el apoyo Federal del Presidente. En el rancho apoyo a mi mamá en los trabajos en sus terrenos de siembra, en el taller de soldadura y una tienda de abarrotes, yo la apoyo, soy su ayudante, de hecho aprendí a manejar y trabajar el tractor”.
Además, sus redes sociales siguen creciendo a pasos agigantados, en Tik Tok su canal tiene más de 3.4 Millones de me gusta y cuenta con 141 mil seguidores.
Mientras que su página de Facebook suma 29 mil seguidores. Para cerrar, Jorge abre el corazón y comparte que su principal meta hoy en día es “Enseñarles a los niños que la vida no es fácil, pero sí se puede salir adelante, yo también puedo, todos pueden. Aquí lo principal es seguir adelante, sea lo que sea, porque si no nos ayudamos nosotros nadie más lo hará, el mal momento se pasa, pero depende también mucho de la actitud, aunque uno esté sólo, hay que darse ánimo, contra lo que sea”.
POR DANIEL RÍOS




