Trabajar con la obra de arte es vivir un experiencia que nos lleva a disfrutar la obra a plenitud y descubrir lo no pensado por el artista en su composición, y que a los ojos de los espectadores propician variaciones e interpretaciones de acuerdo al sentir y conocimiento de la obra.
El muralismo de México tiene una presencia internacional ya representó en su momento una propuesta de un arte público ligado a la arquitectura, y más que una decoración es una integración al espacio arquitectónico que ventila nuevas ideas visuales.
La obra mural en nuestro país posterior al gran movimiento de los llamados “cuatro grandes”, como lo son Rivera, Orozco, Siqueiros y Tamayo, se mantuvo distante de la calidad de aquellos que prestigiaron a mexica en el mundo. Por un lado la repetición a las formas y soluciones y modelos de los grandes artistas señalados y por la otra, una carencia técnica lejana de propuestas de filiación arquitectónica de la obra.
Octavio Paz en su memorable libro crítico, “Puertas al Campo”, los resume como “tristes epígonos de los grandes”.
La obra mural “Tamaulipas Histórico”, de Ramón García es un aliento estremecedor dentro de los proyectos murales posteriores a los llamados Grandes muralistas, en cuanto que sus variaciones como obra mural de lo propio de nuestra historia, contiene una composición de ricas posibilidades visuales en el recorrido arquitectónico de su temática.
A través de 40 años, he venido disfrutando y valorando con otras notas críticas el trabajo de nuestro Maestro García Zurita. Al sentido de opiniones de ilustres criticos de arte como Raquel Tibol, Jorge Crespo de la Serna, y el Ingeniero Marte R. Gómez alentador del trabajo del artista.
La doctora Ortiz Monasterio, presidenta de médicos críticos de arte de España, enriqueció los juicios sobre la obra de nuestro pintor, en su visita que acompañe en los murales de Palacio de Gobierno, “como un artista de la soledad”, con una obra cercana al realismo socialista de la posguerra.
El tiempo ha fraguado este maravilloso sitio, los muros de la escalinata oriente y poniente del Palacio de Gobierno de Tamaulipas. El tiempo que nos lleva a lo inolvidable, como diría Jorge Luis Borges. Y en estas tareas de recuperación de nuestro patrimonio artístico debo resaltar la figura del Gobernador de Tamaulipas Dr. Américo Villarreal Anaya, al convocarnos a la restauración de esta obra pictórica como un reconocimiento a su valía y propuesta cultural de respeto e inicio a una gran cruzada cultural para Tamaulipas.
Iniciamos a partir del mes de noviembre del pasado los trabajos de restauración de la obra mural “Tamaulipas Histórico”, basándose en el conocimiento de la obra de caballete y mural y las vivencias de conocimientos cercanas a nuestro maestro García Zurita. Y por la otra, ser la unifica fuente directa sobre la elaboración del mural y la investigación histórica y estética de los investigadores que han tomado mis escritos en múltiples publicaciones. Algunas veces sin otorgarme crédito alguno.
El conocimiento de primera mano de materiales, colores, técnica empleada e integración del muro para pintar.
Equivale a un reconocimiento vital de los métodos empleados, y el acopio documentado por el artista en mi poder, materiales cedidas a mi persona por su madre, Doña Teófila Zurita Rojas.
Estos escritos del propio artista contienen palabras a su hermana y la vitalidad de su sentimiento hacia sus padres, Doña Teófila Zurita y Don Ramón García García.
Este conjunto de opiniones y palabras autobiográficas de Ramón García Zurita son recopiladas en mi libro inédito sobre la vida del artista tampiqueño y victorense, que ha propuesta del ciudadano gobernador Dr. Américo Villarreal Anaya, acompañara a los trabajos de restauración del gran obra mural.
Conformamos un equipo integrado por dos artistas visuales de magnifica calidad como Helena Guzmán, Alberto Carrizal, egresados de la Facultad de Artes Visuales de la UANL, del arquitecto y pintor Jacobo Gattas, y el arqueólogo e historiador Francisco Mendoza, que a mi dirección aportan sus conocimientos y entrega a la encomienda.
Hemos encontrado alienta a nuestras propuesta que realizo por encargo moral que me asigno la madre del artista Doña Teófila Zurita, por su confianza y afecto deposito en mi los documentos de mi maestro, con quien me unido la amistad del maestro y la guía intelectual que constituyo existencia artístico -literaria. Ramon García Zurita, murió muy joven; a los 38 años, cuando las luces de su inteligencia y capacidad alumbraban nuestra tierra cultural. Con el artista Zurita, participe como grabador e ilustrador. A pesar de nuestra gran diferencia de edades, compagina una existencia de amistad y de vivencias intelectuales de enorme trascendencia.
Ramón García Zurita nació el 6 de abril de 1927 en el Puerto de Tampico y murió el 2 de febrero de 1965, Día de la Candelaria en Ciudad Victoria, dejando inconclusa su obra más importante.
Con David Celestinos Isacs, integra la Casa del Arte, como un proyecto que debe revivir a nuestro tiempo. Superar las carencias técnicas y educativas del presente, para alcanzar la personalidad de una Institución de Artes.
Así después de más de 40 años de olvido, nuestro interés se renueva y enriquece por la propuesta de la actual administración encabezada por el Gobernador Dr. Américo Villarreal Anaya, que en su momento alentó dos de mis obras murales “Lactancia, Salud y Vida” y “Los Derechos de los Médicos y los Derechos de los Pacientes, en el Hospital General Dr., Norberto Treviño Zapata cuando fungió como director de esa institución.
Sin duda alguna un agradecimiento a la encomienda y la confianza depositada en el equipo de restauración, que con empuje y conocimiento, rebasa toda actitud negativa ante la monumental obra.
Por Alejandro Rosales Lugo