La lista de independientes que podrían convertirse en candidatos para la elección del 2 de junio sirve para evaluar la eficacia de esta herramienta democrática a ocho años de su primera aplicación en Tamaulipas.
Primero, lo evidente, el interés ciudadano por competir en las elecciones sin el respaldo de un partido político ha ido a la baja.
Después de la victoria de Jaime Rodríguez Calderón en Nuevo Léon, nuestro estado se llenó de “Broncos”.
Para la elección del 2016, por primera vez un independiente participó en la competencia por la gubernatura de Tamaulipas, pero la aventura terminó muy mal.
Un par de semanas antes de la elección, Francisco Chavira declinó en favor de Francisco García Cabeza de Vaca, quien finalmente obtuvo el triunfo.
Acaso esta primera incursión de un independiente en la democracia tamaulipeca haya sido el presagio de lo que vendría después.
Porque en los años siguientes hubo otras experiencias traumáticas para el electorado.
Como la de Xicoténcatl González, quien saltó a la fama como candidato independiente a lomo de su caballo en esa misma elección, en la que obtuvo una votación decorosa.
Tan bien le fue al médico, que dos años después fue fichado por el PAN para ser su candidato y así convertirse en presidente municipal de la capital del estado, encabezando la peor administración que se recuerde en la historia moderna de la ciudad.
Sea por la mala imagen que dejaron los primeros independientes o por las cambiantes condiciones políticas del estado, se diluyó el entusiasmo ciudadano por aparecer en las boletas.
En el 2018, fueron 22 los candidatos que participaron sin partido, en el 2021 fueron 18, y para este proceso electoral del 2024, solo quedan ocho con posibilidades.
La lista de los finalistas que lograron juntar las firmas requeridas y están en espera de que el IETAM valide sus aspiraciones, es sui géneris, integrada por caciques, y ex alcaldes que buscan regresar a la ubre presupuestal.
Como el ex presidente municipal panista de Tula, Lenin Coronado Posadas.
O el actual edil de Soto la Marina, que ya fue morenista, panista y ante la imposibilidad de volver al manto de la 4T, ahora buscará quedarse en la presidencia municipal, por la vía independiente.
En Llera, busca regresar Héctor De la Torre Valenzuela, “El Sapito”, quien ya fue alcalde panista y luego independiente.
En Jaumave, Zélide Córdova Valenzuela, esposa del actual alcalde, también independiente, José Luis Gallardo, juntó sin problemas las firmas requeridas.
De hecho, de las elecciones 366 que necesitaba, consiguió 1,665, es decir el 454% del umbral.
Hablemos de Horus
En ninguno de los municipios grandes habrá candidatos independientes, lo cual parece una buena noticia a juzgar por el perfil de algunos de los aspirantes.
En Victoria, por ejemplo, se ha viralizado la campaña de Horus García, un joven que asegura que “sí o sí estará en la boleta”, pese a que solo obtuvo el 11.64% de las firmas que exige la ley.
Uno de los últimos videos que ha publicado en las redes sociales lo muestra en la plaza Juárez, flanqueado por una bandera mexicana y una de España, de donde dice, viene el movimiento de la “nueva derecha” que se fortalecerá en Latinoamérica.
“La causa nacionalista de Kristo, contra el orden mundial globalista masónico, es lo que nos une como hermanos y camaradas de lucha”, dice el joven admirador del nazismo.
El chiste de Horus ha dejado de ser gracioso porque además de sus delirios políticos, ha dirigido sus diatribas contra las mujeres feministas y los grupos de la diversidad.
Por haberse quedado tan lejos del apoyo ciudadano -esa es una buena noticia- se desactivó un debate que, sin embargo, vale la pena poner sobre la mesa: ¿hasta dónde resulta válido abrir los espacios de la democracia mexicana, y los recursos públicos, a estos discursos de odio?.
POR CATALEJOS / MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES
