El Congreso de Tamaulipas se convirtió en uno de los primeros veinte en aprobar la reforma al Poder Judicial que, apenas 24 horas antes habían votado a favor los senadores de Morena, Verde, PT, dos del PRD y uno del PAN, para imponerse al bloque opositor del PAN, PRI y Movimiento Ciudadano.
Entre el morenismo se considera que el Congreso local cumplió con su papel en la historia política del país, pues con 20 votos a favor, 10 en contra y una abstención, en cuestión de minutos se cumplió con el trámite.
Hasta la tarde de este jueves, Andrés Manuel ya había conseguido su objetivo de que más de dos terceras partes de los poderes legislativos locales aprobaran la reforma, la cual debe estar siendo publicada en el Diario Oficial de la Federación este viernes 13.
De acuerdo con la sensación que permea entre los morenistas, se trató de un momento crucial para la justicia en México porque el Congreso de Tamaulipas se convirtió en el décimo séptimo en aprobar la reforma judicial, un paso fundamental para transformar el sistema judicial del país.
Esta reforma, impulsada por el Presidente López Obrador plantea un cambio profundo en la conformación del Poder Judicial, bajo el argumento de que el acceso a las posiciones de impartición de justicia deben ser equitativas y abiertas al pueblo.
La aprobación en Tamaulipas se dio en el contexto de una sesión extraordinaria en la que los morenistas respaldaron abrumadoramente esta propuesta, coincidiendo en la necesidad de una judicatura más transparente y eficaz que propuso Andrés Manuel.
Los votos necesarios para lograr la autorización de la reforma fueron de los diputados morenistas y la abstención de una panista.
Aunque algunos diputados se opusieron a la reforma, su postura fue calificada por los morenistas como un reflejo del apego a prácticas y estructuras del pasado que ya no responden a las necesidades de la sociedad.
Con la aprobación de la reforma por parte de la mayoría morenista en el Congreso de Tamaulipas se deja claro que tienen un compromiso con el cambio que ha propuesto López Obrador en materia judicial, buscando alinearse con los intereses nacionales y con el deseo de un país más equitativo.
LAS QUEJAS DE LA OPOSICIÓN EN EL CONGRESO
Los diputados de oposición en el Congreso de Tamaulipas mostraron legítimamente su inconformidad, por lo que consideraron un atropello a sus derechos como representantes populares y como ciudadanos.
Primero, durante la rápida sesión celebrada la mañana de ayer, el diputado tampiqueño Edmundo “Mon” Marón denunció con una transmisión en vivo en sus redes sociales que la presidenta de la Junta de Coordinación Política, Úrsula Salazar Mojica no le permitió hacer uso de la tribuna para expresar el posicionamiento del grupo parlamentario del PAN, en torno a la discusión de la reforma judicial.
“Mon” Marón lamentó la actitud de Salazar Mojica, quien de acuerdo con el legislador panista actuó más con un sesgo partidista que como una representante de los ciudadanos de Tamaulipas.
La justificada molestia se entiende porque cada ciudadano, cada político, coincida o no con las iniciativas o las reformas que se hagan, tiene derecho de expresarse. Úrsula debió haber permitido la discusión, pues finalmente Morena y sus aliados tenían la mayoría para aprobar la reforma -como sucedió-, sin problemas.
Quien también externó su desacuerdo e inclusive fue más allá y calificó la aprobación de la reforma judicial como un golpe al Estado de Derecho fue el diputado de Movimiento Ciudadano (MC),Gustavo Cárdenas Gutiérrez.
Cárdenas votó en contra de la reforma argumentando que no sería “cómplice de la destrucción del Poder Judicial”, pues sostuvo que se acabaría con la autonomía del mismo y se comprometerá la imparcialidad de quienes se encargarán de procurar la aplicación de la ley.
Y si bien dijo que se necesita una reforma integral al Poder Judicial, estimó que la manera en la que la diseñó y promovió López Obrador responde más a intereses políticos y a una visión del pasado, que de los requerimientos para modernizar la impartición de justicia en el país.
EL LIDERAZGO DE SHEINBAUM Y LOS MILITARES
Podría parecer que pasó desapercibido el compromiso hecho esta semana por la Presidenta electa Claudia Sheinbaum con los militares, durante una visita realizada al Colegio Militar, en donde se forma la élite castrense del país.
En realidad no todos entendieron el mensaje de fondo: Ahí, en un evento al que asistió el secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, Sheinbaum se mostró como una figura con liderazgo y fuerza que emergió en el escenario político nacional y ahora tendrá la oportunidad de encabezar el gobierno.
Claudia es vista por amplios sectores de la sociedad como una persona con fuerte liderazgo que, en un momento en que la política mexicana se ve ensombrecida por la ambición y el interés personal de muchos, surge como alguien que busca el bienestar de la población a través de los programas emblemáticos de la Cuatroté.
Decía que el mensaje de fondo del encuentro de Sheinbaum como la alta jerarquía militar en la sede del centro formador de su élite causó una buena impresión, porque dio muestras de su conocimiento de la historia mexicana, recordando además el origen del ejército y su lealtad institucional durante décadas que incluye la obediencia a la autoridad civil.
También destacó la relevancia de la igualdad de género en las instituciones armadas y dijo que continuará impulsando la creación de proyectos de gran envergadura para el desarrollo del país, apoyándose en las fuerzas militares y navales.
Conforme se acerca el inicio de su gobierno, la imagen de Sheinbaum como líder crece rápidamente, y la gente que ha puesto sus esperanzas en ella esperan que pronto se hagan realidad, pues la consideran una líder que combina ideas y acciones.
ESCOTILLA
Es absurdo, por decir lo menos, que nadie en el Congreso del Estado le haya hecho cuando menos un comentario al diputado morenista Marte Alejandro Ruiz Nava, por sus declaraciones machistas y violentas de hace días. Bueno, en la política siempre hay quienes tienen doble y triple cara para cada situación, según convenga.
Por. Tomás Briones
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