La noche de “el grito” AMLO se despidió del zócalo tantas veces conquistado. Fue la ceremonia más memorable de cuantas le tocó encabezar durante los cuarenta años de activismo social donde el cariño desbordó en la figura, carisma y liderazgo del que sin duda será recordado como el mejor Presidente de los tiempos modernos de la república.
No fue una ceremonia cualquiera, sino ratificación de que México camina por el rumbo correcto de la transformación. De ahí las “vivas” coreadas por miles de capitalinos que, en representación nacional, manifestaron el respaldo absoluto hacia quien dentro de poco pasará a ser ciudadano en retiro voluntario, dejando atrás la historia a favor de las causas nobles. Y es que el hombre vivió para servir a los demás, satisfacción que seguramente lo acompañará el resto de su existencia.
Pero también “los mueran” formaron parte de la voz popular contra la corrupción, avaricia, discriminación, voracidad, clasismo, odio y por supuesto la injusticia que como sabéis, fueron prioridades durante los regímenes del PRIAN, es decir de la minoría rapaz, traidora e inmoral enquistada en el obscuro rincón de la complicidad. En este sentido ni como negar, por ejemplo, que la SCJN fue, hasta antes de la bendita reforma, engañosa perversidad de profundo daño a una población víctima directa de los grupos influyentes que sin escrúpulos se apropiaron del patrimonio de todos.
Hubo de llegar AMLO a la Presidencia para hacer realidad el humanismo del buen gobernar. Son tantas las evidencias que este espacio resulta insuficiente para enumerarlas, sin embargo y al margen de la gran obra material, quedémonos con el futuro alentador de millones de jóvenes que podrán aspirar a niveles superiores de sobrevivencia gracias al apoyo oficial recibido de distinta forma. Generaciones que no sobra decirlo, significan la esperanza de la patria.
El gobierno de López Obrador es lo mejor que nos pudo suceder después de la Revolución de 1910. Se le va a extrañar como a los caudillos grabados para siempre en la memoria colectiva, a la altura de aquellos que la imaginación revive en heroicos capítulos bajo fervorosa motivación cercana a la santidad. Personajes como él no nacen todos los días. De ahí la seguridad de que el destino cumplió el pendiente que tenía con México.
En turno está doña Claudia. Toca a ella escribir el siguiente capítulo de esta experiencia transformadora cuyo final aún está lejano para desgracia de los que apostaron a la destrucción del país.
Mientras tanto, disculpe usted, pero, ¡qué poca madre! la de Ernesto Zedillo al atreverse a criticar lo realizado por la 4T, como si no fuera uno de los grandes traidores de la patria, por decir lo menos. Entre otras salvajadas convirtió deuda particular de banqueros en deuda pública. Por él seguimos pagando el Fobaproa (y los harán los nietos de nuestros nietos); también perdimos ferrocarriles, puertos, aeropuertos e infinidad de empresas nacionales privatizadas durante su mandato; sufrimos una de las peores devaluaciones, facilitó el ascenso del PAN al poder y fue culpable de crímenes de campesinos e indígenas considerados de lesa humanidad cuya responsabilidad no prescribe, como los de Acteal.
En serio, Zedillo es de los que merecen ir al paredón…lástima que haya muerto mi general Pancho Villa.
SUCEDE QUE
Decir que tras la derrota Xóchitl Gálvez enloqueció, parece poco.
Y hasta la próxima.
POR MAX ÁVILA