Legalmente, al presidente Andrés Manuel López Obrador le restan 13 días, incluido éste, para entregarle la estafeta a Claudia Sheinbaum Pardo. Pero no ha cedido el poder, aunque aparenta estarlo compartiendo, en su ocaso constitucional.
Obviamente, el tabasqueño se mantiene al frente de las decisiones. Y, en realidad, lo que ha hecho en los últimos meses es presentar a su relevo como la continuadora de la transformación gubernamental por él iniciada al asumir la jefatura del Poder Ejecutivo federal (diciembre 1 de 2018).
Hasta ahí, pues, bien, le entiende el proverbio de Paul-Michel Foucault (un filósofo, psicólogo e historiador francés del siglo XX) de que el poder no se posee ni se comparte: se ejerce. Simplemente.
Se ha notado con la revisión de contratos para continuar construyendo los proyectos federales que, por falta de tiempo y/o la dilación de empresas contratadas, están inconclusos, imposibilitando que él las inaugure.
A Tamaulipas vendrá en los días próximos, para poner en operación el complejo aduanal erigido en Nuevo Laredo y visitará también otros estados para certificar el avance de las obras programadas que, por cierto, le tocará sancionar a Claudia, ya investida como jefa del Poder Ejecutivo federal.
Mientras tanto, el tabasqueño sigue mandando en el país.
Y en este corto tiempo que le queda como presidente, de equivocarse, volvería a mandar, tal y como marcan los cánones del poder.
Se irá, López Obrador, el uno de octubre próximo a ‘La Chingada’ –su finca instalada en Palenque, Chiapas–, ha reiterado él mismo, solo, ya que, su señora esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, sostiene que están ‘a punto del adiós’, porque él quiere estar tranquilo y ella tiene que continuar, educando su hijo.
Lo motivos de ese rompimiento, son parte de su vida privada.
Pero, de ahí a creerle a López Obrador que se retirará de la política de manera definitiva, lo dudo, pues ya dejó establecido que saldría de su retiro (solamente) si hubiera una situación grave.
Desprecia, el presidente, todo intento de Maximato o mini Maximato, al no tenerle amor al dinero ni al poder.
Empero, el poder enferma. Y cuando se ha tenido omnímodamente, es natural (en todo ser humano) que se pretenda continuar ejerciéndolo.
Basta leer los libros ‘Las 48 Leyes del Poder’, ‘El Príncipe’ y ‘El Arte de la Guerra’ –escritos por Robert Greene, Nicolás Maquiavelo y Sun Tzu–, si acaso existen dudas al respecto.
Como fuere, López Obrador, aunque él diga que su tiempo se agotó al respecto –o sea, en el ejercicio político–, quedan dudas.
Y es que el poder, es el poder.
Alcaldes incumplidos
En su mala proyección municipal, hay alcaldes que dejan al garete atender la prestación de servicios públicos, so pretexto de haberse acabado, ya, los recursos económicos.
Y eso que estamos a menos de dos semanas de su relevo.
Y a sólo 13 días de concluir su tercer ejercicio anual (que involucra el presupuesto del 2024l).
Quiere decir, entonces, que será hasta febrero o quizá marzo del 2025 cuando se atiendan nuevamente la recolección de basura, el suministro de agua potable, la limpieza de las calles y avenidas, el alumbrado público, el mantenimiento de áreas verdes y las obras para taponear los cráteres que han aparecido en todas las arterias viales, ocasionando estos deterioros al parque vehicular tanto privado como público.
Quienes entrarán al relevo de los rechazados, en su reelección, tienen el beneficio de la duda, pero no los que repiten porque de antemano saben y conocen ciertamente las dolencias municipales.
Así que, unos y otros obligados están a hablar con la verdad, No decir, como justificante para actuar, que sus antecesores les dejan ‘arcas vacías’, ni que el tiempo no les alcanzó para cumplir sus ofertas porque carecen de un presupuesto bondadoso con el cual atender sus obligaciones.
Ambas justificantes serían absurdas.
Lo cierto es que, en la frontera, el centro del estado y el exsólido sur al momento los alcaldes aparecen incapaces, para enfrentar todo el problema de las lluvias, que exhibe la falta de desagües prácticos, pero culpan a todo su pueblo del problema.
En unos días más, se hará la transición en los ayuntamientos, como la confirmación de munícipes.
Y no es con justificaciones baladíes como se alivie la situación.
Punto de encuentro
Escuché, como cada que tengo oportunidad –al despertarme a tiempo–, el noticiero ‘Punto de encuentro’ –que conduce el periodista Clemente Castro González–, donde son puntuales los reportes de Francisco Medina y obvio, el análisis de la periodista María Guadalupe Jaramillo Alanís, aunque, esta vez, no desde su ‘Trinchera Vietnamita’.
La pena vale escucharlos, pese a ser ambos ‘lópezobradoristas’, pero, igual (en su análisis), son tolerantes con quienes no comulgan con el ‘Peje’, lo cual abona a su credibilidad.
Los dos contribuyen a devolverle credibilidad a Radio Tamaulipas que, próximamente, se sumará a transmisión televisiva.
POR JUAN SÁNCHEZ MENDOZA
Correo: jusam_gg@hotmail.com