En 1934 llegaría a la Presidencia de la República el General Lázaro Cárdenas del Río y con él llegaría la conformación del “Sistema Presidencialista Mexicano” con el cual se establecerían ciertas reglas no escritas de la política mexicana coloquialmente conocidas como: “El respeto al sexenio ajeno es la Paz” “¿Qué horas son? Las que usted diga Señor Presidente”.
Este sistema le daría mucha estabilidad política y social al país, adicional a eso hay que reconocer que las Fuerzas Armadas siempre se comportaron a la altura política del Estado y no buscaron hacerse del poder como paso prácticamente en toda Latinoamérica.
Pero ¿por qué vale la pena recordar esta hazaña del General Lázaro Cárdenas del Río de hace 90 años? Porque no es menor hacer a un lado de la toma de decisiones a un expresidente de la república con tanto reconocimiento popular, creador de un partido político, impulsor de más de la mitad de gobernadores y de una gran cantidad de colaboradores en el gabinete presidencial, hablo del General Plutarco Elías Calles.
Quien había instaurado el Maximato y que controlaba el escenario político desde 1924. En aquel tiempo no fue fácil, ni inmediato a que llegará a la silla presidencial sacar de la vida pública al General Calles, fue complicado y llevó a que el entonces Presidente Cárdenas se aliara con quienes tenían diferencias con él. Esto implicó una gran movilización obrera y grandes conflictos con el empresariado.
Culminó con la desaparición de poderes en varios estados para expulsar a gobernadores Callistas, la remoción de mandos militares y finalmente en abril de 1936 con la expulsión del General Calles del país.
Desde ese momento no se ha vuelto a cuestionar la figura del Presidente de la República, su liderazgo o duda de quien tomaba las decisiones y no un “jefe alterno”.
Después de la elección el actual Presidente de la República AMLO, no ha dejado de seguir mandando y ha mostrado actitudes que emulan mucho lo que ya hemos visto en el pasado para permanecer en la vida pública incluyendo buscar imponer a un hijo como el segundo a bordo de MORENA, dejando a más de la mitad de colaboradores en posiciones claves del gabinete, como SHCP, SEGOB, SRE, SEP, Infonavit entre otros.
La Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo tiene un reto, no romper con esas reglas del presidencialismo mexicano, ni con el legado histórico de esa gran hazaña del General Lázaro Cárdenas. La Presidenta es ella, a ella la han elegido con el mayor respaldo popular de la era moderna del país. En sus manos está no dilapidarlo. Mucho daño le haría al país tener un “jefe alterno”, ya lo vivimos.