CIUDAD MADERO, TAMAULIPAS.- Playa Miramar, el destino turístico por excelencia del sur de Tamaulipas, ahora no solo se disfruta con los pies en la arena, sino también desde el cielo.
Desde el pasado 11 de abril y hasta el 30 del mismo mes, se encuentra disponible un nuevo atractivo que capta la atención de turistas y locales por igual: paseos en helicóptero por el litoral costero, una experiencia emocionante y poco común en esta zona.
Los vuelos, ofrecidos por la empresa Servicios Aéreos Venado, parten desde el extremo sur de la playa, justo a la izquierda de Las Escolleras, en un helipuerto temporal instalado especialmente para esta temporada.
La aeronave, un helicóptero modelo Robinson, realiza recorridos panorámicos de aproximadamente 10 a 12 minutos, cubriendo puntos emblemáticos como la playa Miramar, el desarrollo Velamar, el sistema dunar de la región y parte del río Pánuco, antes de regresar al punto de partida.
«Una experiencia inolvidable»
Andrea A., representante de Servicios Aéreos Venado, explicó que la intención de este servicio es brindar una nueva forma de conocer y apreciar la belleza natural de la zona.
Una de las características que más llama la atención es que el helicóptero no cuenta con puertas, lo que convierte el vuelo en una vivencia mucho más intensa para los sentidos.
El viento golpeando el rostro, la vista sin obstáculos y la cercanía del mar hacen que cada segundo en el aire se sienta como parte de una película.
“El helicóptero tiene capacidad para tres pasajeros y va acompañado por un piloto certificado. Es completamente seguro, seguimos protocolos de aviación civil y el equipo es revisado constantemente”, señaló Andrea.
El servicio está disponible todos los días, de 9 de la mañana a 6 de la tarde, y puede ser tomado por cualquier persona a partir de los tres años de edad. “Siempre que vayan acompañados de un adulto, los niños pueden volar. Hemos tenido familias enteras que salen con una sonrisa que no se les borra”.
Durante el vuelo, los pasajeros pueden observar el trazado costero con una perspectiva que no se consigue desde tierra. Las dunas, muchas de ellas protegidas como reserva natural, aparecen como olas fijas de arena dorada; el azul profundo del Golfo se extiende hasta donde alcanza la vista, y las embarcaciones pesqueras se convierten en diminutas figuras que se deslizan con parsimonia sobre el agua.
Desde el aire, los contrastes entre el mar, la ciudad y el paisaje natural se funden en una imagen que difícilmente puede ser capturada en una sola fotografía.
Álvaro Méndez, turista de Monterrey, N. L. comentó tras su paseo: “Ha sido de las cosas más emocionantes que he hecho. No pensé que ver la playa desde arriba fuera tan impresionante. Se ve todo: las escolleras, el río, las dunas, incluso parte del centro de Madero. Es un paisaje que se queda grabado”.
El servicio, cuyo costo es de 1,900 pesos por persona, ha sido bien recibido por los visitantes. Aunque no es una atracción económica, muchos la consideran una inversión en una experiencia irrepetible. Algunos incluso han decidido tomar el vuelo como parte de celebraciones especiales: cumpleaños, aniversarios o simplemente como una forma diferente de cerrar sus vacaciones.
Aunque el servicio solo está programado para operar hasta el 30 de abril, la empresa no descarta la posibilidad de extenderlo o volver en futuras temporadas vacacionales.
UNA NUEVA FORMA DE CONOCER MIRAMAR
Con la inclusión de los paseos en helicóptero, Miramar suma una nueva dimensión a su oferta turística. Ya no se trata solo de sol, mar y arena, sino de una vivencia completa que despierta los sentidos y ofrece recuerdos memorables. En una época donde el turismo busca cada vez más experiencias únicas y personalizadas, esta iniciativa se perfila como un acierto.
Así, mientras las olas siguen llegando a la orilla y las familias disfrutan del calor y la brisa marina, otros optan por mirar desde lo alto y contemplar, en silencio y con admiración, el mismo mar desde una perspectiva diferente: la del cielo.
¿QUÉ TAL EL HELICÓPTERO?
El modelo Robinson, utilizado en este servicio, es conocido en la industria aeronáutica por su fiabilidad, maniobrabilidad y bajo consumo de combustible, lo que lo hace ideal para vuelos panorámicos de corta duración. Su diseño ligero y su cabina abierta (en esta configuración) permite una experiencia más directa con el entorno, aunque siempre se proveen cinturones de seguridad y auriculares para proteger del ruido del motor.
Por. José Luis Rodríguez Castro
Expreso/ La Razón