Tal parece que en Correcaminos quieren superarse… pero para mal. El pasado miércoles se realizó la presentación de los refuerzos para el Apertura 2025 en la Liga Expansión MX. ¿Estupenda? ¿Lucida? Solo si se habla con sarcasmo. Porque seamos honestos: los nombres no ilusionan y el evento dejó más dudas que certezas.
Más allá de si los fichajes convencen o no, lo grave fue el nivel amateur con el que se presentó el equipo. Y decir “amateur” es quedarse corto. Lo que debería ser una oportunidad para conectar con la afición, generar expectativa y mostrar organización, terminó siendo una muestra clara de lo que ha sido Correcaminos en los últimos tiempos: improvisación, desorden, y una desconexión total con el profesionalismo.
Pero esto no nace en prensa ni en comunicación donde hay gente con talento y capacidad, sino desde la cúpula. Todo indica que para el presidente, lo relacionado con medios, imagen y proyección institucional no importa. Grave error: para ser, hay que parecer. Y lo que pareció Correcaminos ese día fue un equipo de hace 30 años.
¿Garibaldi bajo presión?
Quienes estuvieron ahí vieron a Javier Garibaldi, presidente del club, tenso, molesto, y visiblemente incómodo. Aquella imagen amable que solía proyectar, parece desvanecerse.
Y es que dirigir un club no es cosa sencilla, se requiere preparación mental, liderazgo, y un equipo con ideas claras y bien comunicadas. Algo que claramente no existe hoy en Correcaminos. La falta de sintonía entre Garibaldi y el profesor Ricardo Chávez es evidente: visiones distintas, métodos distintos.
Eso sí, me cuentan que Chávez está trabajando con seriedad, poniendo orden donde puede y pasando reportes a sus superiores. Hasta ahora observa, pero no duden que pronto saque la espada y empiece a defender lo que cree que debe ser Correcaminos.
Malas mañas en Premier
Como buen victorense, uno se entera de todo porque aquí hasta las paredes hablan. Y lo que me llegó a mi buzón de quejas y sugerencias, deja mucho que desear.
Durante las visorias recientes de Liga Premier, varios jóvenes fueron “aceptados” para luego ser bajados sin explicación. Es como ofrecer un dulce… y luego quitárselo al niño. Muchos de esos chicos estaban ilusionados tras ver al equipo campeón. Querían sumarse, comprometerse, entrenar. Pero con estas prácticas solo se alimenta la mala fama que Correcaminos tiene con el talento local.
Estas pruebas se realizaron antes de que llegara Ricardo Chávez como director deportivo, así que esperemos que él ponga atención y corte esas malas prácticas.
Esto es todo sobre el tema del equipo. Seguiremos atentos al vuelo del ave naranja… aunque por ahora, parece que vuela en picada.
Problemas en la Liga Santander
Después de los múltiples problemas recientes en la Liga Santander, me he enterado que un grupo de delegados —tanto activos como exdelegados de equipos que ya no participan— están buscando quitar del mando a Benito Valdez. Algo que, honestamente, suena complicado, sobre todo porque él mismo ha dicho que “la liga es suya y de nadie más”.
Lo cierto es que los malos manejos, las polémicas y las actitudes autoritarias están manchando el buen nivel futbolístico que tiene esta liga. Porque hay que decirlo: en cuanto a calidad de jugadores, es la mejor liga de la ciudad. Pero esos detalles la opacan constantemente.
Incluso ha llegado a criticar directamente a jugadores, como sucedió recientemente con Sergio Rosas, a quien puso en tela de juicio públicamente, cuestionando su honor y su educación. Y si a eso sumamos los constantes comentarios que hace en juntas hacia la prensa o hacia los grupos de arbitraje, el desgaste es evidente.
Ojalá Benito entienda que todos necesitamos de todos:
Él necesita de los espacios públicos del gobierno, de los equipos, de los jugadores, de los árbitros y de la prensa.
Nosotros, como medios, necesitamos también del futbol para informar, cubrir y generar contenido.
Y los jugadores y árbitros de la liga, necesitan un entorno digno para disfrutar, competir y ganarse unos pesos.
Sí, la liga puede ser “suya”… pero debe aprender a respetar a quienes directa o indirectamente forman parte de ella.
POR DANIEL VÁZQUEZ




