4 diciembre, 2025

4 diciembre, 2025

«No nos vamos a detener hasta que mi niña esté conmigo»

Gabriela Salazar, madre de la niña, declaró que los derechos de su hija fueron "totalmente vulnerados, es la más afectada en este caso

ALTAMIRA, TAM.- Familiares y amigos de la pequeña Gaby protestaron en la Ciudad Judicial de Altamira para exigir que la menor sea devuelta a su madre.
La manifestación se da luego de que la niña fuera separada de forma violenta de su mamá el pasado viernes en Ciudad Madero.
Gabriela Salazar, madre de la niña, declaró que los derechos de su hija fueron «totalmente vulnerados, es la más afectada en este caso».

Aseguró que la niña decía que quería a su mamá, pero no escucharon su voz» y lamentó que la jueza Roxana se prestara para violentar los derechos de la menor.

Considera que lo que pasó «fue una tragedia» y exige el apoyo de las autoridades porque su hija «corre un riesgo inminente con él, su familia y entorno».
Gabriela relata que el agresor y un actuario subieron a la planta alta de la casa, donde se encontraba la niña, a ella le obstruyeron el paso.
“Estaba desayunando con mi hija y acababa de sacar ropa seca y estaba doblando la ropa cuando empezaron a romper las cerraduras. Subieron a la planta alta donde estaba mi hija, no me dejaron pasar, pasó mi agresor y un actuario, ella se asustó mucho”.

Detalló que trató de comunicarse con el papá de la niña, pero no le contestó la llamada y luego le habló a un familiar de él, quien le comentó que desistiera de las denuncias y que dejara de hacer todo público.

“No nos vamos a detener, vamos a cerrar calles hasta que mi niña esté conmigo porque corre un peligro inminente. El proceso legal es tumbar ese juicio del tercero familiar porque es ilícito, empezando porque el sistema DIF Madero no tuvo conocimiento”.
Gabriela Salazar, precisó que el DIF Madero no estaba enterado de la situación, “fue algo ilegal lo que hicieron, un juicio oscuro que viene desde el año pasado y yo no tenía conocimiento de absolutamente nada”.

“Salvé a una niña de un entorno violento, primero le hago caso 30 minutos y luego tres me desaparezco de su vida, aún viviendo en la misma casa y es lo mínimo que hacía, quiero decir que empezaba a maltratarla verbalmente.

Óscar Figueroa
La Razón

Facebook
Twitter
WhatsApp

DESTACADAS