La visita que hizo esta semana a Tamaulipas el Embajador de la Unión Europea en México, Francisco André, dejó un mensaje claro sobre la confianza que existe en el rumbo que lleva el gobierno de Américo Villarreal Anaya.
Dos rubros son especialmente importantes de destacar: el de la seguridad y las condiciones para la inversión.
Viniendo de quien representa a los 27 países que conforman uno de los bloques económicos más sólidos y de mayor peso en el mundo, las manifestaciones de confianza en la administración estatal cobran relevancia.
Durante tres días de recorrido, el diplomático portugués constató en territorio tamaulipeco las ventajas competitivas que ofrece el estado.
Desde los puertos de Matamoros y Altamira hasta los encuentros con el gabinete estatal, Francisco André escuchó de primera mano la visión de un gobierno que busca consolidar a la entidad como un espacio seguro y confiable para el capital extranjero.
La evaluación fue positiva, al grado de que el propio embajador adelantó que promoverá estas condiciones entre las empresas europeas interesadas en invertir en México.
El gobernador Américo Villarreal, por su parte, no dejó pasar la oportunidad de subrayar la relevancia estratégica de Tamaulipas en el comercio internacional.
A la vecindad con el mercado norteamericano, que por sí misma representa una ventaja, se suma la posibilidad de proyectar a la entidad como un puente marítimo hacia Europa, con un horizonte de 450 millones de consumidores potenciales.
En tiempos de reconfiguración de cadenas globales de suministro, esa perspectiva resulta particularmente atractiva.
El Puerto de Altamira, incluido en el «Plan México» de la presidenta Claudia Sheinbaum como uno de los polos de desarrollo regional, fue uno de los puntos centrales de la visita.
La infraestructura instalada y los proyectos de expansión lo colocan como una plataforma que puede atraer más industrias, fortalecer la logística y detonar empleos.
Matamoros, por su parte, tiene una importancia adicional por su ubicación fronteriza y por el dinamismo creciente en el sector energético.
En este contexto, el respaldo de la Unión Europea adquiere un valor simbólico y práctico, porque representa un voto de confianza hacia la administración estatal en un tema tan sensible como la seguridad pública, donde los resultados son el mejor aval.
Y práctico, porque una eventual mayor llegada de capital europeo se traduce en oportunidades de empleo, transferencia de tecnología y desarrollo de cadenas de proveeduría local.
La secretaria de Economía, Ninfa Cantú Deándar, acompañó al embajador en gran parte de su agenda, mostrando el interés del gobierno estatal por dar seguimiento puntual a cada área de oportunidad.
La presencia de un gabinete cohesionado y dispuesto a trabajar en equipo fue otro de los aspectos que destacó el diplomático.
Francisco André no es un visitante improvisado, pues cuenta con una trayectoria que lo respalda, ya que fue secretario de Estado de Asuntos Exteriores y Cooperación en Portugal, jefe de gabinete del primer ministro y consejero en la representación permanente de su país ante la Unión Europea.
Por eso es muy significativo que se lleve una impresión favorable de Tamaulipas abre una puerta de gran valor en un escenario global cada vez más competitivo.
La visita concluyó con una rueda de prensa en Palacio de Gobierno, en donde tanto el embajador como el gobernador coincidieron en qué Tamaulipas tiene condiciones para convertirse en un referente de inversión y desarrollo en el país.
El reto será sostener ese clima de confianza, consolidar la seguridad y aprovechar la ubicación estratégica.
En suma, lo ocurrido esta semana fue la confirmación de que, en la visión europea, Tamaulipas ofrece estabilidad, seguridad y oportunidades.
Ese reconocimiento, en un estado que busca dejar atrás inercias negativas, marca una diferencia.
LA EXIGENCIA PARA MEJORAR EL PUENTE TAMPICO
El Puente Tampico representa la puerta principal de ingreso a la zona sur de Tamaulipas y un referente para miles de automovilistas que lo transitan cada día.
Su relevancia forma parte de la identidad regional y simboliza el desarrollo regional, porque el movimiento de mercancías y el transporte de personas es notable, cada día.
La falta de mantenimiento adecuado durante años, ocasionó que hoy esa enorme estructura tenga un deterioro en su infraestructura, que exige atención inmediata.
Por eso se explica que Mon Marón, regidor panista de Tampico, haya convertido este tema en una de sus principales banderas ahora que está en el Cabildo porteño.
No es algo nuevo para él, pues cuando fue diputado local impulsó una propuesta ante Caminos y Puentes Federales (Capufe) para que se repusieran las lámparas dañadas, pues por las noches el puente estaba a oscuras y era un peligro para quienes transitaban por él.
Las gestiones se llevaron un tiempo, pero finalmente la petición de Mon Marón se concretó, para beneficio de todos los usuarios.
Ahora, las acciones del regidor tampiqueño se centran en otras cuestiones igual de importantes, como las reparaciones de fondo que requiere la estructura, la sustitución de luminarias -el 97 por ciento no funcionaba-, arreglo de barandales, nueva señalización, pintura y trabajos parciales en el asfalto.
Ahora, desde el Cabildo, Mon Marón le exige a Caminos y Puentes Federales que repare el pavimento, cuyo estado actual compromete la seguridad de quienes cruzan el puente a diario.
El planteamiento resulta directo, pues si se cobra una cuota de peaje, el ingreso debe traducirse en un puente seguro y digno.
La postura de Marón adquiere relevancia política por dos razones. Primero, porque mantiene la continuidad de una gestión que él mismo impulsó desde el Congreso.
Segundo, porque lo proyecta como una de las pocas figuras del PAN en Tampico que construyen presencia con acciones visibles y no solo con declaraciones.
El puente, con más de tres décadas de servicio, demanda un mantenimiento constante. Autoridades federales ya solicitaron una partida superior a los 63 millones de pesos para atenderlo.
Además de la gestión financiera, lo urgente radica en la carpeta asfáltica, que presenta baches y deformaciones que afectan directamente la seguridad vial.
Mon sostiene que no quitará “el dedo del renglón”, y la frase cobra fuerza porque los hechos lo respaldan, ya que en su etapa como diputado logró que se realizaran obras que parecían postergadas indefinidamente.
Hoy insiste con el pavimento como prioridad, porque representa el contacto inmediato de los usuarios con la infraestructura.
Por ahora, Capufe enfrenta la exigencia de dar respuesta puntual, no con promesas ni diagnósticos, sino con obras visibles.
Mon Marón tomó la iniciativa, colocó el asunto en la agenda pública y abrió de nuevo la discusión sobre la calidad del mantenimiento en el puente.
POR TOMÁS BRIONES
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