5 diciembre, 2025

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Menos de un segundo tarda la muerte de una persona a causa de un rayo

Los antecedentes son claros. En el mundo, tormentas eléctricas en conciertos han dejado un saldo trágico.

TAMPICO, TAMAULIPAS.- En menos de un segundo, un rayo puede arrebatar la vida a una persona. No es un simple destello en el cielo, sino una descarga eléctrica colosal capaz de transportar millones de voltios y decenas de miles de amperios. El desenlace puede ser inmediato: paro cardiorrespiratorio, quemaduras severas, daño neurológico, pérdida de memoria, parálisis y afectaciones permanentes en la vista y el oído.

El peligro se multiplica en concentraciones masivas. El impacto de un rayo no sólo provoca muertes directas, también desencadena pánico, caídas y estampidas. Por esta razón, expertos insisten en que ante la mínima señal de tormenta eléctrica, se suspendan eventos al aire libre ya que es un protocolo de seguridad internacional y no una exageración.

“Donde hay lluvia y empieza a haber tormenta eléctrica es necesario suspender ese tipo de eventos para que no tengamos un problema qué lamentar”, advirtió Héctor Guzmán Curiel, comandante de Bomberos de Tampico, tras la suspensión del concierto de Chayanne.

Explicó que incluso un rayo lejano puede alterar el ritmo cardíaco de personas con marcapasos y convertir estructuras metálicas en conductores mortales.

Las consecuencias no se limitan al factor humano: incendios en techos o instalaciones de gas, destrucción de tableros eléctricos, apagones, colapsos de torres metálicas y pérdidas millonarias en equipos de sonido y telecomunicaciones son parte del escenario cuando un rayo golpea infraestructura.

“Es imperante detener un concierto bajo estas condiciones, no podemos esperar a que baje el riesgo”

Los antecedentes son claros. En el mundo, tormentas eléctricas en conciertos han dejado un saldo trágico: siete muertos y casi 160 heridos entre Alemania, Francia y Estados Unidos.

En México, aunque no se han registrado tragedias sí se han debido suspender conciertos: Billie Eilish en Ciudad de México (2023), Gerardo Ortiz en Piedras Negras (2025) y, recientemente, Chayanne en Tampico (2025), donde más de 15 mil personas fueron desalojadas del estadio Tamaulipas por seguridad.

La lección es contundente: la prevención salva vidas. Suspender un concierto bajo tormenta no es una pérdida, es una medida de protección. Organismos de Protección Civil, artistas y organizadores tienen la responsabilidad de aplicar protocolos, instalar pararrayos y revisar estructuras antes de exponer a multitudes a un riesgo tan letal.

Con la naturaleza no se negocia. Un rayo puede cambiarlo todo en un parpadeo.

Por Cynthia Gallardo
La Razón

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